La Presentación del Niño Jesús 

Madre Angélica

 

Bondadosa Madre, ¿brotó de tus labios otra alabanza cuando ascendías la escalinata del Templo, para presentar a Jesús a su Padre?. ¡Cuál no sería tu gozo al entregarlo a Simeón!. ¿Esperabas que este hombre de Dios profetizara las grandes cosas que el Niño realizaría?. ¿En el recinto del Templo, esperabas su exclamación, "El Señor ha venido." Si tu esperabas oír grandes cosas, ¿se destrozó tu corazón al realizar que este Niño sería una señal de contradicción, destinado a motivar la exaltación y caída de muchos?.

Tú no desmayaste ante esta experiencia agridulce. El plan de Dios no sería de tu agrado, más tú lo aceptaste con todo el amor de tu puro corazón.

Obtén para todos los padres, cuyos hijos excepcionales han sido especialmente designados, como Jesús, para realizar una oculta misión para la mayor Gloria de Dios, el mismo valor que tú demostraste en el Templo.

El fruto de tu vientre, estaba destinado a ser grande, pero, ¡qué pocos reconocieron aquella grandeza!. Dale a los padres de estos niños excepcionales un profundo conocimiento del poder de los sufrimientos. Que este sufrimiento suba a los cielos como dulce y oloroso incienso, por la salvación de las almas. Que la belleza de sus almas, oculta a los ojos de los hombres en esta vida, resplandezca como brillante estrella en la noche.

Fuente: EWTN.com