Nuestra Señora de la Merced

Padre Jesús Marti Ballester


- Nuestra Madre Santa Maria, eficaz intercesora para librarnos de todas las ataduras.
- Sus manos estan llenas de gracias y de dones. 
- Acudir siempre a su Maternidad divina.

I. Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque auxilia a Israel, su siervo, acordandose de la misericordia, como lo había prometido a nuestros padres 1.

A la Virgen Santisima se la venera con el titulo de la Merced en muchos lugares de Aragon, Cataluña y del resto de España y de America latina. Bajo esta advocacion nacio una Orden religiosa, que tuvo como misión rescatar cautivos cristianos en poder de los musulmanes. <<Todos los simbolos de las imagenes de la Merced nos recuerdan su funcion liberadora: cadenas rotas y grilletes abiertos, como sus brazos y manos extendidas ofreciendo la libertad..., su Hijo Redentor>> 2. Hoy, la Orden dedica sus afanes principalmente a librar a las almas de los cristianos de las cadenas del pecado,mas fuertes y mas duras que las de la peor de las prisiones. En la fiesta de nuestra Madre, debemos acordarnos de nuestros hermanos que de diferentes modos sufren cautiverio o son marginados a causa de su fe, o padecen en un ambiente hostil a sus creencias. Se trata en ocasiones de una persecucion sin sangre, la de la calumnia y la maledicencia, que los cristianos tuvieron ya ocasion de conocer desde los origenes de la Iglesia y que no es extrana en nuestros cias, incluso en paises de fuerte tradicion cristiana.

Dios padece, tambien hoy, en sus miembros. Naturalmente, <<no llora en los cielos, donde habita en una luz inaccesible y donde goza eternamente de una felicidad infinita. Dios llora en la tierra. Las lagrimas se deslizan ininterrumpidamente por el rostro divino de Jesus, que, aun siendo uno con el Padre celestial, aqui en la tierra sobrevive y sufre (...). Y las lagrimas de Cristo son lagrimas de Dios.

>>De este modo, Dios llora en todos los afligidos, en todos los que sufren, en todos los que lloran en nuestro tiempo. No podemos amarlo si no enjugamos sus lagrimas>> 3. La Pasion de Cristo, en cierto modo, continua en nuestros dias. Sigue pasando con la Cruz a cuestas por nuestras calles y plazas. Y nosotros no podemos quedar indiferentes, como meros espectadores.

Hemos de tener un corazon misericordioso para todos aquellos que sufren la enfermedad o se encuentran necesitados. Debemos pedir—unidos en la Comunion de los Santos—por todos aquellos que de algun modo sufren a causa de su fe, para que sean fuertes y den testimonio de Cristo. Y de modo muy particular hemos de vivir la misericordia con aquellos que experimentan el mayor de los males y de las opresiones: la del pecado.

La Primera lectura de la Misa 4 nos habla de Judit, aquella mujer que con gran valentia libero al Pueblo elegido del asedio de Holofernes. Asi cantaban todos, llenos de alegria: Tu eres la gloria de Jerusalen, tu eres el honor de Israel, tu eres el orgullo de nuestra raza. Con tu mano lo hiciste, bienhechora de Israel... La Iglesia aplica a la Virgen Maria de la Merced este canto de jubilo, pues Ella es la nueva Judit, que con su fiat trajo la salvacion al mundo, y coopero de modo unico y singular en la obra de nuestra salvacion. Asociada a su Pasion junto a la Cruz, es ahora elevada a la cindad celeste, abogada nuestra y dispensadora de los tesoros de la redencion 5. A la Virgen de la Merced acudimos hoy como eficaz intercesora, para que mueva a esos amigos, parientes o colegas que se encuentran alejados de su Hijo para que se acerquen a E1, especialmente a traves del sacramento de la Penitencia, y para que fortalezca y alivie a quienes de alguna forma sufren persecucion por ser fieles en su fe.

A Ella acudimos tambien para pedirle por esas pequeñas necesidades que la familia tiene, y que tan necesarias nos son tambien a nosotros. Nuestra Madre del Cielo siempre se distinguio por su generosidad en conceder mercedes.

II. En el Evangelio de la Misa leemos el momento en que el Señor nos dio a su Madre como Madre nuestra: Jesus, al ver a su Madre y cerca al discipulo que tanto queria, dijo a su Madre: Mujer, ahi tienes a tu hijo. Luego, dijo al discipulo: Ahi tienes a tu Madre. Y desde aquella hora, el discipulo la recibio en su casa6. Nos dio a Maria como Madre amantisima 7. Ella cuida siempre con afecto materno a los hermanos de su Hijo que se hallan en peligros y ansiedad, para que, rotas las cadenas de toda opresion, alcancen la plena libertad del cuerpo y del espiritu 8. Sus manos estan siempre llenas de gracias y dones—de mercedes— para derramarlos sobre sus hijos. Siempre que nos encontremos en un apuro, en una necesidad, hemos de acudir, como por instinto, a la Madre del Cielo. Especialmente si en algun momento se nos presenta una dificultad interior—esos nudos y enredos que el demonio tiende a poner en las almas—que separan de los demas y hacen dificultoso el camino que lleva a Dios. Ella es Auxilio de los cristianos, como le decimos en las Letanias, nuestro auxilio y socorro en esta larga singladura que es la vida, en: la que encontraremos vientos y tormentas.

De mil maneras, los cristianos hemos acudido a Nuestra Señora: visitando sus santuarios, en medio de la calle, cuando se ha presentado la tentacion, con el rezo del Santo Rosario... Uno de los testimonios mas antiguos de la devocion filial a la Virgen se halla en esa oracion tantas veces repetida: Sub tuum praesidium confugimus... <<Nos acogemos bajo tu proteccion, Santa Madre de Dios: no desprecies las suplicas que te dirigimos en nuestra necesidad, antes bien salvanos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita>> 9, y en la oracion Memorare o Acordaos, que podemos rezar cada dia por aquel de la familia que mas lo necesite.

A Ella le decimos con versos de un poeta catalan, puestos en una hornacina de una calle de Barcelona: Verge i Mare // consol postre, // femnos trobar el bon cami. // Jo soc home, // soc fill vostre. // Vos l'estel, yo el pelegri. <<Virgen y Madre, consuelo nuestro, haznos encontrar el buen camino. Yo soy hombre, soy hijo vuestro. Tu eres la estrella, yo el peregrino>>. Tu iluminaras siempre m1 cam1no.

III. Mujer, ahi tienes a tu hijo. A1 aceptar al Apostol Juan como hijo suyo muestra su amor incomparable de Madre. <<Y en aquel hombre—oraba el Papa Juan Pablo II—te ha confiado a cada hombre, te ha confiado a todos. Y Tu, que en el momento de la Anunciacion, en estas sencillas palabras: He aqui la esclava del Señor, hagase en mi segun tu palabra (Lc 1, 38), has concentrado todo el programa de tu vida, abrazas a todos, buscas maternalmente a todos (...). Perseveras de manera admirable en el misterio de Cristo, tu Hijo unigenito, porque estas siempre dondequiera estan los hombres sus hermanos, dondequiera esta la Iglesia>> 10. Sus manos se encuentran siempre llenas de gracias, siempre dispuestas a derramarlas sobre sus hijos

San Juan recibio a Maria en su casa y cuido con suma delicadeza de Ella hasta que fue asunta a los Cielos en cuerpo y alma: Y desde aquella hora, el discipulo la recibio en su casa. <<Los autores espirituales han visto en esas palabras, que relata el Santo Evangelio, una invitacion dirigida a todos los cristianos para que pongamos tambien a Maria en nuestras vidas. En cierto sentido, resulta casi superflua esa aclaracion. Maria quiere ciertamente que la invoquemos, que nos acerquemos a Ella con confianza, que apelemos a su maternidad, pidiendole que se manifieste como nuestra Madre>> ". ¡Muestra que eres Madre! ¡ tantas veces se lo hemos pedido! Jamas ha dejado de escucharnos. No olvidemos nunca que la presencia de la Virgen en la Iglesia, y por tanto en la vida de cada uno, es siempre <<una presencia materna>> 12, que tiende a facilitarnos el camino, a librarnos de los descaminos—pequenos o grandes—a los que nos induce nuestra torpeza. ¡Que seria de nosotros sin sus desvelos de madre! Procuremos nosotros ser buenos hijos.

Nuestra Señora esta siempre atenta a sus hijos. Continua el poeta catalan diciendo: ¿Per que ens miren, Verge Santa, // amb aqueste ulls tan oberts?... ¿ Por que nos miras, Virgen Santa, // con esos ojos tan abiertos? //¡Crea siempre en el alma // un santo estremecimiento! // Que los milagros de antaño // se repitan hoy en día, // ¡libranos del pecado // y de una vil cobardía! 



1 Antifona de entrada. Lc 1, 46. 54-55 _ 2 A. VAZQUEZ, Santa Maria de la Merced, Madrid 1988, p. 86. 3 W. VAN STRATF.N, Dios llora en la tierra, BAC, 5ª ed, Madrid 1981, pp. 7-8.—4 Jdt 15, 8-10; 16, 13-14. 5 MISAS DE L.A VIRGEN MARIA, 1, n. 43. Prefacio. __ 6 Jn 19, 26-27. 7 Oracion despues de la Comunion. -- 3 Cfr. Prefacio de la Misa. 9 A. G. HAMMAN, Oraciones de los primeros cristianos, Rialp, Madrid 1956. 19 JUAN PABLO 11, Homilia en la Basilica de Nuestra SeAora de Cuadalupe, 27-1-1979.—~J J. ESCRIVA DF BALAGUER, Es Cristo que pasa, 140. 12 Cfr. JUAN PABLO 11, Enc. Redemptoris Mater, 25-111-1987, 24. 

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Esta fiesta conmemora la fundaci6n de la Orden de los Mercedarios, dedicada en sus origenes a la redenci6n de cautivos. Cuenta una piadosa tradición que la Santisima Virgen se apareció la misma noche al rey Jaime I de Aragón, a San Raimundo de Peñafort y a San Pedro Nolasco, pidiendoles que instituyesen una Orden con el fin de libertar a los cristianos que hablan caldo en poder de los musulmanes. En recuerdo de este hecho se cre6 esta fiesta, que el Papa Inocencio Xll extendio a toda la Cristiandad en el siglo xv''. Actualmente se celebra en algunos lugares. Tiene una Misa propia en las MISAS DE LA VIRGEN MARIA, publicadas por Juan Pablo 11. Es la Patrona de Barcelona. 

Fuente: serviciocatolico.com