La Virgen del Carmen

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Su nombre viene del Monte Carmelo, en Israel o Tierra Santa. A este monte se retiraba a rezar el profeta Elías, y en una ocasión en la cual Dios había corregido a su pueblo rebelde con un verano de tres años, Elías estando rezando en la cima del Monte Carmelo envió a su secretario a que observara en el horizonte para ver si veía algo. El otro volvió a contarle que se veía una pequeña nube. Con esto entendió Elías que ya iban a llegar las lluvias. Y en efecto la nube fue creciendo y se convirtió en una inmensa y muy provechosa lluvia que alegró enormemente a aquellas gentes que llevaban 36 meses sin agua. 

Según tradición carmelita, el día de Pentecostés, ciertos piadosos varones, que habían seguido la traza de vida de los Profetas Elías y Eliseo, abrazaron la fe cristiana ; siendo ellos los primeros que levantaron un templo a la Virgen María en la cumbre del Monte Carmelo, en el lugar mismo desde donde Elías viera la nube, que figuraba la fecundidad de la Madre de Dios. Estos religiosos se llamaron Hermanos de Santa María del Monte Carmelo, y pasaron a Europa en el siglo XIII , con los Cruzados, aprobando su regla Inocencio IV en 1245, bajo el generalato de San Simón Stock. 

La Iglesia Católica ha creído que esa nubecilla que apareció en el Monte Carmelo era imagen o anuncio de María, la cual al aparecer en este mundo nos trajo la más bella noticia: la de que con Ella, por medio de su Hijo Jesucristo nos llegaría la más grande y provechosa lluvia de gracias sobre todos nosotros, pobres pecadores 
Carmen significa: tierra fértil que produce muy buenos frutos. Eso es la devoción a Nuestra Santísima Madre la Virgen del Carmen., a quien hemos de imitar e irradiar. 

Entre los monjes llegados del Monte Carmelo hubo uno que se hizo célebre por su santidad, por su amor a la Virgen y sobre todo por una aparición que recibió. Fue San Simón Stock. Dice la tradición que un 16 de julio de 1251 la Santísima Virgen se le apareció y le prometió conceder ayudas muy especiales y su protección a la orden que en este tiempo era perseguida, entregándole el santo Escapulario para que lo llevaran como un acto de cariño, devoción y consagración a la Madre de Dios con deseo de convertirse y llevar una vida más santa. 

Antiguas tradiciones narraban que la Santísima Virgen había prometido visitar en el purgatorio a sus devotos, el sábado próximo a la muerte de ellos y concederles descanso. Por eso la devoción a la Virgen del Carmen está muy ligada a la devoción a las benditas almas. 

Fuente: monasteriosantateresa.org