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Nuestra
Señora de La Tirana – La Tirana, Iquique
Iglesia.cl
• Historia:
La tradición de esta fiesta se origina en una leyenda que
data del año 1535, cuando Diego de Almagro salió del Cuzco a
conquistar Chile.
La antigua tradición se remonta al año 1535, cuando el adelantado
Diego de Almagro salió del Cuzco a conquistar Chile. Con él iban
un príncipe de los Incas, el sumo sacerdote del sol y su joven y
bella hija, Ñusta Huillac, con el fin de apaciguar los ánimos de
los indígenas y evitar un alzamiento.
Sorprendido en sedición, el sacerdote es ajusticiado, mientras su
hija lograba huir junto a algunos servidores, escondiéndose en el
bosque de tamarugos, hoy Pampa del Tamarugal.
La Ñusta se convirtió en una temible jefe militar, logrando reunir
a un considerable número de rebeldes a su servicio, hasta hacerse
conocida como la bella "Tirana del Tamarugal".
Pero, un día llegó ante la joven un extranjero apresado por ellos,
que dijo llamarse Vasco de Almeida, un portugués soñador, apuesto
y aventurero que osó internarse en sus dominios tras la quimérica
"Mina del sol".
Enamorada, la joven no pudo condenarlo a muerte y usó mil ardides
para dilatar la sentencia, descuidando sus deberes militares y
religiosos, a tal punto, que despertó la ira de sus guerreros.
Incluso, intentó acercar al portugués a su religión, pero fue éste
quien terminó convirtiéndola al cristianismo.
Poco antes de cumplirse el plazo fatal, donde ahora se levanta el
pueblo, Almeida bautizó a su amante con el nombre de María. Pero
sus hombres, les sorprendieron y confirmada la traición, los
mataron bajo una lluvia de flechas. Años más tarde, un fraile
mercedario, evangelizando la zona, encontró en el claro del bosque
del Tamarugal una tosca cruz cristiana. Impresionando por la trágica
historia de amor, ordenó levantar en el mismo sitio la iglesia que
conocemos hoy con el nombre de "Nuestra señora del Carmen de
la Tirana".
Es así como se presume que la primera Iglesia fue erigida en el
siglo XVI por orden de Fray Antonio Rondón. En la actualidad la
antigua Iglesia de La Tirana ha sido reconstruida en el mismo sitio
en que se encontraba originalmente, ésta es una obra del cura párroco
Friedrich, quien la erigió a comienzos del siglo XX, tiempo después
que los terremotos de 1868 y 1877 redujeran a escombros la iglesia
original.
Esperando el incremento anual de visitas, el santuario amplió sus
dependencias. El lugar ya ha sido declarado zona típica por el
Consejo de Monumentos Nacionales.
• Espiritualidad:
La espiritualidad de este santuario está marcada por la
asistencia de miles de fieles devotos que acuden puntualmente cada año
a pagar una promesa o implorar un milagro a la Virgen. Miles de
personas, cada año, provenientes de diversas partes del país,
especialmente Iquique, Antofagasta y Arica asisten a rendir homenaje
a la Virgen y admirar los bailes y trajes que allí se muestran.
• Fiesta:
16 de julio, pero las celebraciones abarcan una semana del 8
al 17 de julio por lo general. Muchos peregrinos viajan decenas de
kilómetros, otros avanzan de rodillas, en un doloroso recorrido
sobre el suelo de tierra. Y nadie le da jamás la espalda a la
Virgen.
Llegando al pueblo lo primero que se hace es la fila para a besar,
tocar y santiguarse frente a la imagen de la Virgen del Carmen que
está en la Iglesia. Hasta allí le alzan niños y bebés para que
los toque y le prenden billetes al manto.
Innegablemente, los protagonistas de esta celebración son los
bailes religiosos. Están formados por más de un centenar de cofradías,
cada una compuesta de decenas de promeseros encargados de bailar
durante toda la fiesta, en forma programada e ininterrumpida.
La principal característica de la fiesta de La Tirana y causa
principal de su atractivo es el sincretismo cultural que se produce
al combinar símbolos cristianos con ritos indígenas, el fervor católico
con las tradiciones andinas, creencias de origen histórico y fantasía
popular.
Existen muchas versiones acerca de las raíces de los bailes que allí
vemos, pero existen por lo menos tres vertientes claras: los ritmos
ancestrales de ceremonias incas, del carnaval chino y las diabladas.
Las primeras corresponden a imitación de las aves para pedir
lluvia.
Como se sabe numerosos chinos fueron traídos por las empresas
salitreras inglesas para trabajar en la pampa y ellos trajeron su
carnaval consigo. Los "bailes" se llaman "bailes
chinos" en la lengua popular del norte y "chino"
quiere decir servidor.
Las diabladas, por otro lado, surgieron en 1818, en Oruro, Bolivia,
en torno al santuario de la Virgen del Socavón, patrona de los
mineros.
Los bailes religiosos tienen una organización que a veces parece
imperceptible, pero que es cumplida cabalmente por los
participantes. Por ejemplo, cada grupo tiene un número para entrar
al templo y su recorrido por el pueblo está predeterminado por el
"caporal" de cada cofradía.
Cada conjunto sólo puede cantar cuatro estancias en la Iglesia:
pueden ser "las entradas"; "las adoraciones";
los "buenos días"; "las buenas tardes"; las
"buenas noches" o las "retiradas".
Los bailes ingresan por Cruz del Calvario, en la entrada de la calle
principal del pueblo, desde donde empiezan a cantar y bailar hasta
que llegan a la explanada principal frente al templo.
En la entrada los versos cambian de carácter y comienzan a saludar
a la Virgen. Luego entonan la "despedida" y salen de allí
bailando pero retrocediendo, sin darle nunca la espalda a la Virgen.
Cumplido el saludo, comienza el baile propiamente tal, en la
explanada.
• Datos Básicos:
Dirección: Centro del Pueblo de La Tirana, Pampa del
Tamarugal, a 84 kilómetros de Iquique y a casi mil metros de
altura. Casilla 18D
Rector: Marco Órdenes Fernández
Nº de peregrinos: 200 mil fieles cada 16 de junio
Pertenencia: Diócesis de Iquique
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