Santuario,
Nuestra Señora de Zapopan, Jalisco Autor:
Guadalajara,
la capital de ese Jalisco que nunca pierde, tiene en lo espiritual
una patrona que engarza esa perla de la supremacía: Nuestra Señora
de la Expectación de Zapopan. Fue nombrada Generala del Ejército
Trigarante desde el 15 de septiembre de 1821, ratificada en su
nombramiento militar por el general Blancarte en 1852 y por tercera
ocasión en 1894 por el Congreso y el entonces gobernador de
Jalisco, Luis del Carmen Curiel. En 1541, recién entregada la
imagen a los indios por fray Miguel de Bolonia, se pregonaron sus méritos
como pacificadora en la guerra del Mixtón. Además destacó a fines
del siglo XVII por librar a Guadalajara de una de aquellas epidemias
devastadoras. La imagen fue llevada a la Perla Tapatía y como por
efecto de moderno antibiótico, la pandemia cesó. Este milagro lo
patentó el Excmo Juan Santiago de León Garabito, obispo de esta diócesis.
En
1734 fue declarada patrona de Guadalajara contra tempestades, rayos
y epidemias datando de esa fecha la visita anual que la imagen
practica del 13 de Junio al 4 de Octubre. Los pontífices también
participaran en su honor; en 1919 el Papa le otorga la coronación
pontificia como Reina de Jalisco y en 1940 S.S. Pío XII engalana su
sede con la categoría de Basílica, agregada a los privilegios de
la de San Juan de Letrán en Roma.
La
imagen mide 34 cm y es como sus hermanas amponas, de pasta de caña
de maíz. Sus manos son de madera y sus facciones toscas. Fray
Miguel de Bolonia traía esta imagen colgada al cuello o bien
amarrada en los tientos de la silla de montar. Muchas imágenes de
estas características debieron su origen a los misioneros
franciscanos que las establecieron en los hospitales bajo la
advocación de la Concepción o en su mayoría, como ya indicamos,
bajo el nombre del pueblo al que las entregaban.
Virgen
generala y patrona de Guadalajara
Zapopan
quiere decir entre el zapotal (Tzepopan). Esta imagen erradicó el
culto que se daba a Teopilzintli. Sus fiestas principales son el 18
de Diciembre, día de la Expectación, el 18 de Enero aniversario de
la coronación y las solemnes visitas a todas las parroquias de
Guadalajara, del 13 de Junio al 4 de Octubre.
Son
muchas, como ya dijimos, sus fiestas pero el apoteosis, quizá
inigualado en todo México, es el. regreso de la venerada imagen a
su santuario el 5 de Octubre, después de visitar Guadalajara. La
ciudad se inclina materialmente a su paso y de la Catedral a la Basílica
hay una ininterrumpida valla, de modo que entre los que la ven pasar
y los que la acompañan en este largo recorrido suman muchos miles.
La procesión es solemne y festiva con la participación de los
miembros de la Guardia de Nuestra Señora de Zapopan.
Al
igual que en tiempos pasados, las corporaciones religiosas, los
fieles de las iglesias visitadas y toda organización., por diverso
que sea su fin, se incorporan al evento. La enorme calzada a Zapopan,
hecha por el presidente Manuel Avila Camacho para este fin, resulta
insuficiente para albergar la devota corriente humana y la gran
romería en la que se mezclan al unísono los mariachis con el rítmico
sonar de los danzantes.
La
basílica abre sus puertas para recibir al pueblo que camina hacia
la casa materna, ya su arquitectura parece tener este significado.
Sus peculiares y elevadas torres achatadas y los dos brazos
generosos de la portalería que se abren a diestra y siniestra del
conjunto, parecen representar al ser que acoje en el abrazo filial.
La
obra arquitectónica es un digno ejemplo de la modalidad tapatía,
construida con esta cantera clara y jaspeada que enseñorea el valle
de Atemajac, con una decoración profusa pero superficial, que nos
recuerda la poca profundidad del plateresco, pero ahora aplicado al
barroco en su mejor poca.
El
conjunto exterior es monumental y más ahora que se ha dignificado
su entorno con gran sentido espacial, muy a la tapatía. La iglesia
logra una buena altura y la proporción entre las torres y la
fachada es excelente. La decoración es novedosa y sus formas nos
remiten al estilo regional corno lo vemos en Santa Anita, Santa Cruz
de las Flores, Cajititlán y Analco.
Esta
portada establece un gran contraste con la sobriedad franciscana de
los enormes portales del convento y Colegio de Propaganda Fide que
acogió a las huestes misioneras que de aquí partieron para
Occidente. El interior es contrastante, la nave de cruz latina es
pequeña y siendo rica y enjoyada la imagen no traduce esta
presencia a la iglesia, que siempre se encuentra abarrotada de
fieles tapatíos.
Fuente:
mexicodesconocido.com.mx/
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