Toda hermosa
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Toda hermosa eres, María,  
desde tu instante primero,  
pues la mancha original 
no tuvo en tu ser derecho.  

 Tú eres de Jerusalén  
la gloria y sumo contento.  
Tú eres de Israel la alegría  
y honra del cristiano pueblo.  

Tú eres de los pecadores  
la abogada a cuyo esfuerzo,  
¡oh María!, deben todos  
tan favorable decreto. 

¡Oh prudentísima Virgen!  
de la castidad espejo.  
¡Oh Clementísima Madre!  
abriga a todo tu gremio.  

Por tu inmaculada ser,  
Virgen y Madre del Verbo,  
del enemigo maligno  
déjanos, Señora exentos. 

Ruega por nosotros, pía,  
tu intercesión sea presto  
porque nos confiera gracias  
Jesucristo, Señor nuestro.  

 Nicaragua, que es tu pueblo,  
te canta con alegría:  
Viva en los cielos y tierra  
la Concepción de María.