Madre
nuestra que diste valor, Madre tierna que diste perdón. Virgen del
Rosario eres amor, vive siempre en nuestro corazón.
En
las luchas tú siempre estarás, dando aliento, calma, dando paz. Tú
derramas semillas de amor y en nuestra oración siempre estarás.
Madre
nuestra, Madre tierna, vive siempre en mí. Tú me llevas siempre a
la Verdad. Mi camino y oración siempre a ti llegarán; Madre
nuestra tú eres la bondad.
Con
gran fe yo he de evangelizar y hasta el fin vivir en hermandad.
Con esfuerzo yo he de conquistar, que nuestra alma tenga
libertad.
Fuente:
opcolombia.org