El niño perdido 

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Cuando San José y la Virgen 
se venían ya del templo,
en la mitad del camino 
al niño echaron de menos. 

La Virgen decía: 
- Irá con su padre.
San José decía: 
- Irá con su madre. 

¡Qué suspiros no daría 
al verse sólo y tan tarde!
a una puerta se arrimó, 
no le conocía nadie. 

Si usted bien supiera 
quién es ese niño
le abriera las puertas,
le hiciera un cariño. 

A otras puertas fue a llamar
y le echaron los alanos.
Los alanos, muy humildes, 
le hacían muchos halagos. 

Si no se arrepienten 
de haberle ofendido,
tal cual han obrado 
tendrán el castigo. 

- A tus puertas llama un niño,
trae túnica morada,
sin duda que tiene frío, 
pidiendo por Dios posada. 

- Mándale que entre, 
se calentará
porque en este pueblo
ya no hay caridad. 

Entra el niño y se calienta 
y después de calentado,
le preguntó la patrona: 
de qué patria o qué reinado. 

El niño responde: 
- Yo nací en Belén,
mi padre es del Cielo 
y mi madre también. 

- ¿Cómo te llamas mi niño 
que el corazón me has robado?
- Jesús me llamo, señora, 
nombre del Cielo bajado. 

- Jesús, este niño, 
en todo es gracioso,
en mi vida he visto 
niño más hermoso.

Fuente: Piornal.net