La oración de Jesús en el huerto

 

Fray Alejandro R. Ferreirós OFMConv

 

 

Suplicante, tu rostro ensangrentado,
la cruz al horizonte, en el silencio
el monte del olivo y del incienso
y el Padre de la Vida está callado.

Tu Madre, el corazón atravesado
la espada del dolor abre su pecho
misterio de pasión y luz te has hecho
tu voluntad, al Padre, has entregado.

Cadenas y prisión, silencio y muerte
mordiente la tiniebla y el pecado
el príncipe del mal quiere perderte.

Tu corazón ya está crucificado
la indómita pasión quiere vencerte
el Verbo, en la tiniebla, está encerrado.