Dormición II

 

Fray Alejandro R. Ferreirós OFMConv

 

Y la rosa más pura
tan blanca como luna en primavera,
tan cándida y segura,
culmina ya su entrega
y en éxtasis se va la nueva Eva.

Se duerme entre los brazos
del Hijo en los profetas anunciado
y entrega en el abrazo,
del Amor encarnado,
el aliento de un Dios resucitado.

No hay muerte ni victoria
del mundo peregrino todavía,
y queda en la memoria
el paso de María
a la Vida que el Hijo le ofrecía.

Tu Espíritu la envuelve,
llena de gracia, de paz y de armonía,
y el cielo le devuelve
su cuerpo en lejanía
radiante de tu angélica alegría.

María se ha dormido
y en los brazos del Verbo rescatado
su cuerpo envejecido
ya está resucitado
y en un carro de fuego se ha elevado.