A María, Reina

 

Alicia Beatriz Angélica Araujo

 

 

Madre que me apremia
encontrar el camino
de tu humildad perfecta,
de tu entrega, y servicio.
Como tu anonadada,
sin reservas, ni quejidos,
ante la espada que abría
tu corazón bendito.


Señora, Reina del cielo.
bienaventurada María,
alcánzame de tu Hijo amado,
las gracias no merecidas,
pero, sí muy necesarias
en el peregrinar de esta vida.

Intercede Santa Madre,
clama a Dios la regalía.
Hazme un verdadero siervo
que proclame el kerigma,
aún en la hora póstuma,
o en medio de mi agonía,
siga gritando con fuerza,
¡Vivan Jesús y María!