Pureza de hombre

 

P. Antonio Márquez Fernández, S.D.B.

 

 

No ambiciono del ángel la pureza,
que es absurdo deseo. Sólo quiero
la virtud que se acopla al verdadero
ser de los hombres y naturaleza.

No tiene cuerpo el ángel. La limpieza
le es natural. Su vida por entero
es incontaminable y va certero
su espíritu hacia Dios sin impureza.

Yo tengo cuerpo, un cuerpo que me tira
hacia fondos del hombre, que a una oscura
región me arrastra, firme, en lastre inmundo.

Que soy ser corporal, Señora, mira.
Haz que mi cuerpo siga el ansia pura
de mi alma como es dable en este mundo.