Madre solicita

 

P. Antonio Márquez Fernández, S.D.B.

 

 

Ya estás sentada tal Reina del Cielo
en un trono de gemas recamado.
Te sirve y honra el bienaventurado
coro de alados ángeles con celo.

A esa región de paz alzaste el vuelo,
pura Paloma, donde tu Hijo Amado
Te convocaba ansioso, y a su lado
feliz Te sientes, ya sin mortal velo.

¿Que eres feliz? Deliro, si tal pienso.
Lejos tus hijos, no es tu dicha plena.
Te diste a todos, Madre, y por entero.

Tu pecho, entonces, se halla en vilo y tenso,
mientras no alcance la estelar almena
de los hombres salvados el postrero.