Llegó el feliz momento 

 

Emma-Margarita R.A. -Valdés

 

 

Estaba el mundo frío de espaldas a la luz,
era lodo la tierra y el hombre era ceniza,
el mar había perdido su sinfonía azul
y el cielo estaba lejos, muy lejos de la orilla.

En el primer lucero brillaba la promesa
con fulgores divinos para la humanidad:
nacería inocente una humilde doncella
que con sus pies de lirio aplastaría el mal.

Llegó el feliz momento de cumplir la palabra
y una ligera brisa acarició el ciprés,
desde la eternidad, la flor inmaculada,
enraíza la Gracia con humildad y fe.