A la Virgen de la Soledad

 

Gonzalo Pulido Castillo

 

 

En tu regazo de madre
vengo a dejar mi plegaria,
que es una flor pasionaria
deshojada ante la cruz.
Te rezo por el que llora,
por el que sufre tristeza,
te rezo por quien no reza,
por quien no busca tu luz. 

Te rezo por los hermanos
que ya cumplieron su anhelo
y están contigo en el cielo
junto al trono del Señor.
Por ellos y por nosotros
es mi oración costalera
una plegaria sincera
y una súplica de amor. 

Ampara a nuestra hermandad;
protégela, Madre mía,
porque sólo en ti confía
y en ti busca protección.
Haz, Madre, que en nuestras almas
siempre esté tu nombre escrito,
como un recuerdo bendito
que enamora el corazón.