Tu seno y tu corazón

 

Jesús Bermejo Jiménez

 

 

Un grito hirió el azul: "Dichoso el seno 
que dio a tu cuerpo en flor cálido nido. 
Feliz el manantial alto y florido 
que en pan trocó tu cuerpo nazareno. 

Si Tú eres fruto de un jardín ameno 
y el árbol por el fruto es conocido, 
ya conozco la rama que has tenido, 
fruto bendito de un amor sereno". 

Y en ese mismo cielo ardiente y puro 
se alzó otra voz, que la verdad entrega 
a aquel que tiene el corazón maduro: 

"En mi reino de amor sólo edifica 
quien busca la verdad y no la niega, 
quien oye mi palabra y la practica".