¡Ya lo creo que Bienaventurada! 

 

Joaquín L. Ortega

 

 

Bien se notó que hablabas inspirada 
al proclamar aquella profecía, 
anunciando que todos, a porfía, 
te llamarían bienaventurada.

«Llena de gracia» por Gabriel nombrada. 
Y era un recado que de Dios traía, 
gracia y halago por tu lozanía 
de Virgen y de Madre, tan preciada.

Atravesando siglos y fronteras, 
desde entonces te sabes festejada. 
Brilla tu nombre en cumbres y praderas.

Yo me sumo también a esa cascada 
de loas para ti imperecederas. 
¡Ya lo creo que BIENAVENTURADA!.