¡Quédate con nosotros!

 

José María Zandueta Munárriz

 

 

Al contemplar tu virginal semblante
que tanto gozo y devoción me inspira,
deja, Señora, que mi torpe lira
vibre de amor y tu hermosura cante.

En tu serena faz, un sol radiante
al refractar su luz, te envuelve y gira,
acaricia tu rostro y se retira
con majestuoso y divinal talante.

Quédate con nosotros en la tierra
hasta que Dios nos llame en raudo vuelo
a compartir tu celestial morada.

La Humanidad doliente a ti se aferra. 
Concédenos la gracia de ir al Cielo,
Virgen, Madre de Dios, !INMACULADA!