María es toda una mujer

 

María Dolores de Miguel

 

 

Pueblo castellano, el frío de fuera nos recoge en casa.. 
Mi madre y mi abuela rezan el rosario, 
los niños jugamos. La leña crepita en la chimenea, 
corean las llamas las avemarías, ronronea el gato. 
Se queda María, cena con nosotros.

Llegan los obreros, abren los batanes y las hilaturas, 
comienza la fábrica el trabajo diario. 
Cantan los telares y las remallosas, y las selfantinas les siguen al fondo. 
Al son de las máquinas se reza el rosario. 
La Virgen sonríe, nos bendice a todos.

Vamos a la iglesia, es el mes de mayo, 
la gente sencilla, niños y mayores, a honrar a María. 
Le llevamos flores, cantamos canciones. 
Al lado una abuela reza en el silencio, 
la mano en la frente, hay llanto en su rostro. 
«Jesús, hijo, mira, ven pronto con ellos».

Llegan años duros 
Mi madre es probada escuela de fe. 
Los rezos de siempre son ahora nuevos, son vivos en ella. 
Reza el Acordaos, «Dios es providente. Él no falla nunca», 
y cómo se graba en todos nosotros. 
Y María sufre y acude a su Hijo: Ya no tienen vino.

Vamos de Ejercicios. Oración de niña, 
la mirada limpia se empapa de fe.
Jesús es humano, te quiere, te espera.
Campo castellano, los cielos ahora tienen nueva luz. 
Necesito verlo, estar a su lado. María acompaña,
sus manos de madre sostienen mis pasos. Con ella desbordo 
por tanto regalo. Jesús y María me lo han dado todo.

Y sigue la vida. Cientos de estudiantes alegran las aulas. 
Se viene María. Juntas compartimos los años de estudio. 
Nuevas amistades. Fe comprometida.
El Señor nos habla también en la ciencia.
Juventud abierta llena de promesas, luz de mediodía.
Una historia joven de amistad vivida entra esperanzada en un noviciado.

Y pasan los años en este camino. María es maestra, es modelo vivo. 
El mundo con ella no tiene fronteras. 
Son los inmigrantes y también el sida, 
y el joven que en clase te hace mil preguntas. 
Y mi madre anciana que ya no camina si tú no la llevas. 
Con todos María trabaja incansable.

Tiene pies ligeros, abre siempre puertas.
Alienta testigos que llevan con ella alegría siempre, corazón de niño 
y manos dispuestas a cualquier servicio.
Jesús y María se regalan siempre. Con toda la Iglesia, con la creación entera, 
canto esta mañana su inmensa ternura, su bondad con todos.