Pan virginal

 

Aurelio Valls

 

 

¡Pan virginal, aceite sin mancilla
«Ave María degracia llena»
te saludó Gabriel, y la colmena
de tu pecho mieló la maravilla.

Tú la más sola. Tú la más sencilla
mujer por sola, y por la más serena,
escogida primero que el mar, plena
como el dorado trigo en la gavilla.

Por el milagro de la dulce boda
tomaste enorme dimensi6n y altura,
y Dios cruzó despacio por tu sueño.

Vino Gabriel, y te mudaste sola,
vino la Luz y supo tu hermosura,
y llegó Dios, y se fingió pequeño.