Nacimiento de Cristo

 

Rainer María Rilke

 

 

Si tú no hubieras sido sencilla, ¿cómo podría
tener lugar en ti lo que ahora ilumina la noche?
Mira, el Dios que retumba en las nubes
se hace benigno y viene en ti al mundo.
¿Te lo has representado más grande?
¿Qué es grande? A través de todas las medidas,
que Él recorre, va la magnitud de su destino.
Ni siquiera las estrellas tienen un curso parecido.
Ves, estos reyes son grandes,
y arrastran sus tesoros para ponerlos en tu regazo.
los tesoros que ellos tienen por más grandes,
y tú quizá te deslumbras también con ese tóxico:
pero contempla en los pliegues de tu vestido
cómo Él sobrepasa ya ahora todo eso.
Todo el ámbar que de lejanas tierras se trae,
todo ornamento de oro y la volátil especería,
que disipándose nubla los sentidos:
todo eso fue de muy breve duración,
y al final no ha quedado más que pesadumbre.
Pero (tú lo verás): Él irradia alegría.