María, ante Jesús desnudo

 

Felix Lope de Vega

 

Qué vergüenza le daría
al Cordero santo el verse,
siendo tan honesto y casto,
desnudo entre tanta gente!
¡Ay, divina Madre suya!
Si ahora llegáis a verle
en tan miserable estado,
¿quién ha de haber que os consuele?
Mirad, Reina de los cielos,
si el mismo Señor es éste,
cuyas carnes parecían
azucenas y claveles.
Mas ¡a Madre de piedad.
que sobre la cruz le tienden
para tomar la medida
por donde los clavos entren!