A la Virgen del Carmen

 

Mercedes A. Alexandre

 

 

La luna se va arrodillando
hincando su luz de plata
en el pecho de la aguas
como una afilada espada
perdièndose en la oscuridad.

Cirios hechos de coral
sus llamas van oscilando
reflejàndose en el mar,
mecièndose con la marea
como si el ocèano fuera
¡Una inmensa catedral !
¡Una divina làmpara !
de aceite, agua y cristal.

Las caracolas de nacar 
forman un barroco altar,
con paños hechos de espuma
y encajes hechos de sal.

Los pescadores ya tejen,
con algas de tonos verdes
mantillas a las sirenas,
redes que lanzàn al mar
para acoger a las almas;
esas que andan perdidas
y que no saben nadar
para acercarse a Marìa.

¡Rompe el cielo sus compuertas !
y a chorros las nubes caen,
arrastrando a las estrellas,
que van formando escaleras
para que la Virgen baje
¡Como Madre, como Reina !
¡Es la Virgen Marinera!
¡Es nuestra Virgen del Carmen !
¡Es la Patrona del Mar !

Cuando pronuncio su nombre
¡Mis labios saben a sal !