Santa María sin más títulos

 

Monseñor  Pedro María Casaldáliga

 

 

El disco de «Las Vírgenes Patronas»
se hace luna de ensueño y teología
en esta noche de sertão, callada,
entre los ojos de un muchacho sirio
y el rostro de un mulato espiritista.

Veinticinco de marzo:
-¡Dios te salve, María!

Después de tanto hablar de ti,
casi te callo ahora,
concorde con la voz de tu silencio.
(Decir el «fiat» y entregar el seno.
Cantar, agradecida, en la montaña,
el gozo de los pobres libertados.
Y ya callar, detrás del Evangelio.
Y darle al mundo el Redentor Humano
y devolverle al Padre el Hijo).

¡Dios te salve, María
-veinticinco de marzo y Mato Grosso-,
madre de la Palabra, en el silencio!