Salve Regina...

 

Pedro Díaz-Landa

 

 

¡Dios te Salve, Reina y Madre!
¡Flor de Nazaret bendita!
¡De misericordia faro!
¡Faro de esperanza y vida!
¡Dios te Salve, a ti llamamos
-peregrinos de esta vía
lóbrega- los desterrados
hijos de Eva… ¡Oh, clementísima
Madre, que acunaste al Verbo
en tus entrañas purísimas!
¡Oh, Puerta del Cielo! Sálvanos
de la Serpiente maligna
con la luz vivificante
de tu Estrella Matutina!
¡Ea, pues,Señora,Abogada
Nuestra, sálvanos, María!

II

¡Mira que al pie de la Cruz
tu amor selló un compromiso
cuando Jesús te dio a Juan
y a nosotros como hijos!
¡Mira que nos quedan, Madre,
por andar muchos caminos!
La sed cose nuestros labios
secos… ¡con ásperos hilos!
¡Y pugna por envolvernos 
Satán en su torbellino!
De este hosco valle de lágrimas, 
-extraviados peregrinos-
que nos rescate la lumbre
de tus ojos, te pedimos!
¡Y que esa lumbre nos muestre
hasta Fátima el camino,
para allí regar con lágrimas
de tu Rosario los lirios,
codo a codo con Lucía
con Jacinta y con Francisco!

III

¡Ea, pues, Madre dulcísima, 
escucha nuestros gemidos!
Y después de este destierro
¡haznos –Oh, María- , dignos
de alcanzar las ventuosas 
Promesas de Jesucristo!