Autorrevelacion de Cristo en las Bodas de Caná

 

Pedro Díaz-Landa

 

 

Segundo Misterio Luminoso

Caná ríe feliz... Bodas había…
También Jesús a aquellas bodas vino.
Pero muy pronto se ha agotado el vino.
Y pareció apagarse la alegría.

Y habló María -que en Jesús confía-
Y El rehusó. Pero después convino
en darle al agua otro ritual destino: 
¡y el vino aquel fue un brindis por María!

Y hoy, en que nos abruma el desencanto,
y en cada esquina nos espera el llanto,
y tanta sombra y duelo el alma abriga … 

rememorando la señal primera,
parece que la Virgen nos dijera:
“¡Hagan –como en Caná- lo que El les diga!”