El Anuncio del Reino de Dios

 

Pedro Díaz-Landa

 

Tercer Misterio Luminoso


Ya los Salmos tenían anunciado
este Reino de Dios … Meta anhelada
por una humanidad alimentada
del fruto amargo del primer pecado.

“¡El Reino de los Cielos se ha acercado!”
clamaba en el desierto -arrebatada-
la voz por Isaías anunciada
que Herodes pronto habría silenciado.

Mientras… ¡Jesús ciegos y sordos cura!
¡Le arranca muertos a la sepultura!
¡Nos enseña a elevar al Padre preces!

¡A amar al enemigo nos alienta!
¡Y ante una pobre multitud hambrienta
multiplica los panes y los peces!

II

Y a las humildes víctimas de acosos 
cuya sed de justicia y paz no advierte
la roca eterna que su linfa vierte 
sobre los corazones angustiosos;

Y a los más tristes y menesterosos,
los abrumados por la mala suerte:
juguetes del terror y de la muerte…
¡el Buen Pastor los proclamó dichosos! 

Evocando a Moisés escaló un monte.
La multitud maravillada oía
y el Padre iluminaba el horizonte…

Y -rescatada de sus desconsuelos-
¡jamás la humanidad como aquel día
vio tan de cerca el Reino de los Cielos!