La Flagelación del Señor

 

Pedro Díaz-Landa

 

 

 Segundo Misterio Doloroso

Le vendaron los ojos... En acceso
de furia lo azotaron... Cien bastones
le cubrieron la piel de moretones,
aunque no le quebraron ningún hueso... 

Herodes lo trató como a un obseso.
Y ha de morir –si no hay otras razones-
por la peor de las acusaciones:
ser el Hijo de Dios... ¡Sólo por eso!

Pilato por tres veces ha intentado
salvarlo de la Cruz... Mas no ha logrado
con todo su poder cambiar su suerte...

Barrabás por la turba es preferido.
Y porque así la turba lo ha pedido
¡es el Cordero condenado a muerte!