Crucifixión y muerte

 

Pedro Díaz-Landa

 

 

 Quinto Misterio Doloroso

Tiene sed... ¡mas de humanos manantiales!
No es una sed ni de agua ni de vino,
ni el Padre lo abandona en la Cruz... ¡sino
nuestras aberraciones ancestrales!

¡Tú yo fuimos y somos sus rivales!
Que en la consumación de su destino
Jesús no tiene sólo un asesino...
¡Pues Poncios y Caifás hay a raudales!

¡Y todo, sí, todo se ha consumado!
Y El -al ver que su sangre nos redime
de las hondas tinieblas del pecado-

al Padre fiel, que con amor lo mira,
le encomienda su espíritu sublime...
Luego, inclinando la cabeza, expira.