La Resurrección

 

Pedro Díaz-Landa

 

 

 Primer Misterio Glorioso

Con áloes y con mirra perfumada
un lienzo envuelve al Cristo desclavado.
Y un sepulcro en que a nadie se ha enterrado
sirve al Hijo del Hombre de morada.

El domingo, a la luz de la alborada,
María Magdalena se ha acercado
al sepulcro y, llorosa, lo ha buscado,
pero no encuentra en el sepulcro nada...

Dos discípulos llegan... y, abatidos, 
se van... Pero otra vez María explora
y ve dos ángeles de luz vestidos...

Y ve a Jesús de pie... que la ha llamado:
“¡María!” Y ella a un tiempo ríe y llora...
¡Gloria al Señor! ¡Cristo ha resucitado