La Anunciación del Angel a María

 

Pedro Díaz-Landa

 

 

 Primer Misterio Gozoso

Todo envuelto en fulgores descendía
un mensajero... ¡Era Gabriel llegando!
Con un alud de soles a su mando
¡ahora a anunciar al Redentor venía!

Y al recibir la Anunciación María,
dejó el Arcángel tanta luz vibrando 
que la estancia se fue tornasolando
y, afuera, inmóvil, cada rosa ardía...

Miqueas –que el prodigio predijera-
los brazos alza entre feliz y tenso.
Y al lado de Isaías, mudo, espera...

Y aun Isaías explicar no sabe
cómo el Dios de Abraham e Isaac, inmenso,
¡ahora en el seno de una virgen cabe!