La Visitación a Santa Isabel

 

Pedro Díaz-Landa

 

 

 Segundo Misterio Gozoso

La Virgen de su asombro no salía...
Y finge muda, al cielo azul mirando,
un lirio de rodillas esperando
la sombra que el Altísimo le envía...

Días después corrió con alegría
a casa de Isabel su prima... Y cuando
la vio Isabel ¡bendijo sollozando
el Santo Fruto que en su vientre había!

A través de los viejos ventanales,
en el jardín, el Angel sonreía
y oraban temblorosos los rosales...

Y en sus entrañas, Isabel sentía
¡cómo entre ocultos ríos bautismales
el alma de San Juan se estremecía!