Arroyo rumoroso

 

Rafael Ángel Marañón

 

 

Arroyo rumoroso, arco iris santo, 
Que a mi alma presta alegre colorido; 
Dejaste ya de ser la madre del gemido, 
Pues ya eres al humano alegre canto. 
 
Creación de Dios preciosa, cuyo encanto, 
Rebosa de hermosura y de sentido, 
Por ser la que sin duda hubo creído, 
La voz del llamamiento sacrosanto. 
 
Diera Dios fe sincera y voz de oro, 
Para hacer alabanza de tu nombre, 
Con canto amable, plácido y canoro. 
 
Glosando con razón y con decoro 
Tu cándida virtud que, en todo hombre, 
Sea siempre por honra y por tesoro.