Quiero entregarme

 

Rafael Ángel Marañón

 

 

A ti quiero entregarme definitivamente; 
No anhelo otro destino ni busco otra razón, 
Que darme a ti, María, sin otra reflexión, 
Pues que me amas sin tasa, y levantas mi frente. 
 
Puede que para otros tal vez sea intrascendente, 
Esta genial certeza y osada decisión, 
Que me llena de arrojo, de vida y de ilusión, 
Y es mi destino cierto, eterno y esplendente. 
 
De corrompidas flores, donde husmean los cretinos, 
Los insulsos afanes y engaños de la gente, 
No quiero ya el perfume, pues bebo de una fuente 
Para mi sed eterna de goces genuinos. 
 
No quiero, plegadizo, glosar canciones viejas, 
Que más que versos nuevos son las repeticiones, 
Con más o menos arte de grotescas visiones, 
Que son más que otra cosa anticuadas consejas. 
 
Repetir lo trillado contentando al que quiere 
Con insana insistencia, sin respeto hacia el arte, 
Llevar todo juicio a su pancista parte, 
Y solo toque el tema que contente a la plebe. 
 
Quiero mi escaso arte, sin reserva mental, 
Dedicarlo al milagro de Jesús, hecho hombre, 
De María, su madre, honrar el santo nombre, 
Y esperar, confiado, la victoria final.