Tanta veces, María

 

Rafael Ángel Marañón

 

 

Tantas veces María me has auxiliado, 
Que siento la vergüenza, angustia y pena 
Del que torna de casa hostil y ajena 
Y volviendo a tu amor, llego turbado. 
 
Ignoran las estrellas cuando, helado, 
En las noches de oscuridad suprema 
Sin luna, sin lucero, mi gangrena 
Crecía con el furor de mi pecado 
 
Acudo una vez más a tu clemencia 
Y apelo a tu serena mansedumbre, 
Más grata cuanto más vil fue mi ausencia. 
 
Y sé que tu recibes mi dolencia; 
Que afable me convidas a tu lumbre 
Por que es inagotable tu paciencia.