Tránsito a la vida

 

Rafael Ángel Marañón

 

 

Cuando cierre mis ojos la postrera 
Mano benigna, al fin de mi agonía, 
Y remonte su vuelo el alma mía, 
No dejaré castillo ni bandera. 
 
Todo habré abandonado en la ribera 
Cual todo ser en su postrimería, 
E iré con esperanza hacia María 
A gozar de perenne primavera. 
 
Y ya no habrá prisión, ni más barrera 
Que impida libertad amor y calma, 
Junto a quien Cristo puso la primera 
 
Pasaré de esta vida la frontera, 
Obtendré de mi Dios la santa palma 
Y andaré con Jesús, mi gran lumbrera.