Amé primero

 

Rafael Ángel Marañón

 

 

Con todos mis vigores amé a Jesús primero
Y a su madre María rosa de abnegación 
Y pode superar mi sórdida obsesión 
Que en necio prejuicio me hizo prisionero. 

Las locas invenciones que envidian la excelencia
Del amor a María y su bondad sincera, 
Son vanos extravíos o solo una quimera, 
Que no conoce a Dios ni a su gran providencia. 

Es un amor tranquilo que trae benignos dones 
De la santa que diera lo mejor que tenía, 
Su fe, su obediencia, y la horrible agonía
En el terrible Calvario del hijo en aflicciones. 

Del hijo que entregara su persona y su vida;
Que tomó sobre sí el pecado de tantos 
Por permisión del padre, que así los hizo santos,
Y los sacó por siempre de una vida perdida. 

Y no me siento corto en contar el prodigio,
Que en tu seno purísimo consumara el Señor, 
En un acto divino de su sublime amor, 
Para que del pecado no quedara vestigio.