Otro misterio de María

 

Rafael Ángel Marañón

 

 

Las lágrimas que mojan tu rostro aceitunado,
Son signos de un dolor que aflora en sentimiento
De madre, que en tormento, contempla a su dechado
De ser humano puro, que en el humano evento
Ha sido perseguido, herido, y humillado.


Jamás imaginé que fuera necesario,
Que el hijo de María, fuera tan humillado;
Y acepto por la fe, que Dios le fue contrario,
Más no puedo entender misterio tan sonado,
Del infinito amor del Padre en el Calvario

Y es tan grande el cariño con que nos ve el Creador,
Que el hombre no comprende misterio tan sublime,
Del corazón del Padre arranca de un amor
Que aplica su justicia, que por Jesús redime,
Y quiso redimirnos por su propio dolor.