Virgen digna de veneración. Virgo veneranda

Rafael Ángel Marañón 

 


Primorosa María de belleza sublime,
Que matizas mi alma de tan dulces amores,
Endulzando en mi vida los momentos peores,
Con que el mundo enemigo, me acometa o domine.

Tú me amas, lo sé, con amor que redime,
Como amaste a Jesús, en pacientes albores;
No evadiste el calvario por ahorrarte dolores,
Ni rehusaste la espada, que a tantos nos oprime.

En tu seno escogido se hizo pleno el rescate
De perdidas criaturas, en milagro divino;
Por eso te venero sin dudas ni debate.

Te debemos respeto y no un culto anodino.
Por tu gran dignidad y ferviente acicate,
Me rendí a ti, ultrajando a este mundo mezquino.

Rafael Marañón 7 de Octubre de 2010-09-7