Madre Admirable.        Mater admirabilis

Rafael Ángel Marañón 

 


Madre de dolor y expolio,
La boca como la estopa,
Seca de tanto sufrir
Como la flor del magnolio.

Con un llanto que señala
El hondo lamento humano,
En un sentimiento arcano
Que al corazón acorrala.

¡Pobre madrecita herida!
Traspasada por la espada
Que le fue profetizada,
De amargura consumida.

La primavera en auspicio
Por cerros reverdecidos,
“Miriam llora”, entre gemidos,
Golpea su pecho nutricio.

Y en el monte de aflicción,
Donde ni una hierba crece,
En dolor fiero adolece
De María el corazón.

Pobre quien mira sin luz,
Y desprecia los tormentos,
Y los acontecimientos
Del misterio de la cruz.

María reina del imperio
Cristo hizo la Redención,
Y tu santa aportación
Hizo posible el misterio.

Rafael Marañón
18 de Octubre de 2010-10-16