Esplendores de María

 

Rafael Ángel Marañón

 

 

Vuélvase sombra oscura el sol radiante, 
Y azabache la bóveda del cielo; 
Que todo ante María es negro velo 
Pues son sus luces vida palpitante. 
 
Humille su fulgor el firmamento, 
La luna cubra el rostro de sus celos, 
Que más que el resplandor de los luceros, 
Es la luz de María, paz y aliento. 
 
Ni el taciturno y temeroso manto 
De la noche, a oscurecerle alcanza, 
Ni del prado el verdor; ni en su pujanza 
Rivalizan las flores con su encanto. 
 
Es aroma su amor, su paz fragancia; 
La luz que a todos guía sin quimera 
Es del Cielo pacífica lumbrera, 
Y admiran los querubes su prestancia. 
 
De la niebla, en su vaporosa gasa, 
Recata su hermosura y la humildad, 
Del grandioso misterio de piedad 
Que proclaman los ángeles sin tasa. 
 
De Dios favorecida en alabanza; 
Conducto del propósito divino; 
Espejo de recato femenino, 
Y en Cristo ligazón de su alianza.