María anhelo

 

Rafael Ángel Marañón

 

 

Quisiera confundirme en tu ser tan fragante 
En inefable estado y presencia constante, 
Encender en mi pecho un fuego rutilante, 
Y disfrutar por siempre tu paz y tu verdad. 
 
Quiero borrar de mi alma los años de abandono 
De rebelde desprecio y de estúpido encono, 
Contemplando arrobado tu hermosura en tu trono, 
Y gozar sin descanso de tu eterna piedad 
 
De ti no separarme, ni el más pequeño instante, 
Admirarte extasiado en tu gloria triunfante, 
Confesar ante todos que eres mi madre amante 
Y seguirte, sin duda, con bizarra lealtad. 
 
Llevar de ti en mi pecho una huella imborrable, 
Una marca que exulte mi encendida pasión, 
Proclamarla gozoso con serena ilusión, 
Y que todos se rindan a tu gracia y beldad. 
 
Y también es mi anhelo, Santa Virgen María, 
Seguirte con anhelo por la espléndida vía 
Que me lleva apartado de la senda sombría, 
Y dirige segura a la eterna deidad.