Nuestra Señora de Luján

 

S. Fernández 

 

 

Sí cual vemos brillar 
La blanca luna en el cielo, 
Su Imágen, todo consuelo, 
Vemos lucir en su altar. 

No es de artística beldad 
Modelo su rostro santo 
Más le dió divino encanto 
La misma divinidad 

Y su amorosa atracción, 
Es tal, que quien la mirada 
Fija en ella, retratada 
La lleva en su corazón: 

Grave y risueña a la vez, 
Expresa su imágen pura 
Candor, modestia, dulzura 
Humildad y sencillez. 

De ruego en demostración, 
Unidas tiene sus palmas 
¡Así encarece a las almas 
La bondad en oración! 

Con su modesta actitud 
Santos afectos enciende, 
En su presencia se aprende 
A practicar la virtud 

Es por eso que el mortal, 
Al postrarse ante su planta 
Se desliga, se levanta 
De este valle terrenal