María Puerta del Cielo

 

Padre Juan Manuel del Río C.Ss.R

 

 

En cada pueblo una ermita
y en cada ermita María,
unas veces en lo alto 
de la imponente montaña
otras abajo en el páramo 
o en lo profundo de un valle.

En cada ermita un altar
y en cada altar una vela
que eleva con su llamita
una sencilla plegaria.

Es el fervor de los pueblos
rezando el Ave María
al toque puntual del Ángelus,
por la mañana temprano
en la plenitud del día
o cuando cae la tarde,
a la Reina de los Cielos.

Cada templo cada ermita
es motivo de alegría
cuando se acude en visita
a rezar con fe a María.

Ella es Madre, ella es la Reina
de todos los corazones,
nunca le faltan las flores
ni el fervor de una plegaria.

A ella acudimos sus hijos
en romerías alegres,
le cantamos le rezamos
y ella a todos nos bendice.

Oh Madre santa de Dios,
tú eres la Puerta del Cielo
ábrela de par en par
y haz que podamos entrar.