Tómame

 

María Velazquez Dorantes  

 

 

Hace tiempo que no te hablo, que esto renuente y callada… ¿será que mi vida se ha convertido es un estallido emocional en el que te olvido madre mía? ¿Cómo hacerlo reina de flores? Sí tu me has llamado diciendo: ¡No estoy yo aquí, que soy tú Madre!

 

Perdona mi abandono madre de bondad, es que mi corazón se ha colocado una coraza para no sentir la rabia del mundo en contra mía…

 

Tómame en tus manos Señora de majestad, cubierta por estrellas doradas. Tómame y no me dejes ir nunca más, que no me separe de tú camino porque entonces el vacío se hace más hostil.

 

Mira que soy como un bebé recién nacido, que le teme al frío y que llora cuando hambre tiene; mírame madre mía, compadécete de mí aurora del cielo, que fuiste elevada en cuerpo y alma por el Padre celestial.

 

Señora hazme fuerte en las pruebas y tómame con tu mano bondadosa, resistente al fuego y abrasadora contra la nieve del invierno gris.

 

Tómame  y hazme un instrumento de piedad; bríndame misericordia para conmigo misma y paciencia para los demás.

 

Estado ausente por tanto tiempo que no puede mirarte a la cara madre mía, mi conciencia me reprime lo tonta que he sido, al haberte olvidado mi gran Señora, mi fiel amiga, mi eterno amor de madre.

 

Tómame y no me dejes estar triste madre mía, tómame para que nunca jamás me vaya de ti.