Un día en la novena

Antonio Rodríguez  Mateo

 

 

Bajo celeste dosel,
presides la novena,
sobre tres carabelas,
que de plata son las tres.
Ráfaga aurea rodea,
tu plateado escabel
y la corona también,
por su brillo centellea.

Cinta azul y blanca
se derrama sobre costeros,
cual trozos de cielo,
postrados a tus plantas.
Forman prietos veleros,
arcos iris en la plata,
por ceras y flores blancas,
de luminosos candeleros.

Augusta real corona,
sobre el dosel colocada,
de color amarilla y gualda,
en su altura reposa.
Virgen Cinta Inmaculada,
de Huelva excelsa Patrona,
a la que tu amor donas,
desde que fuiste pintada.

Carne de tu propia carne,
sobre tu brazo reposa,
virginal esposa,
del Santo Espíritu del Padre.
Manantial de fuente caudalosa,
anidó tu vientre de Madre,
tomando de el tu sangre,
tan pura y tan preciosa.

Virginal Madre y doncella,
Luna Llena infinita,
celestial Virgen Chiquita,
flor inmarcesible de Huelva.
Nuestra Señora de la Cinta,
granero de inefable cosecha,
porque el peligro acecha,
ábrenos tu puerta de vida.