Anunciación

 

Bernardino Abarzua

 

 

La esbeltez de su cuerpo flexible se ha plegado
Como el tallo de alguna misteriosa azucena.
Se recoge y entorna su mirada serena
Que el cielo del oriente guardó maravillado.
Y cuando escucha arrullos y responde al Amado
En la quietud del éxtasis feliz que la enajena
Cual madrigal excelso el AVE GRACIAPLENA
Por vez primera un Angel reza quedo a su lado.
Aliento de perfumes y calidad de gozo
Inundan el retiro de la mujer sin mancha.
La humanidad desborda con un filial sollozo
Centurias de esperanza. Y la Virgen María
Al decir: "soy la esclava de mi Señor", ensancha
Lo creado con gracia de perdón y alegría...