El sueño del Niño Jesús

 

Eduardo Marquina

 

 

La Virgen María
penaba y sufría.
Jesús no quería
dejarse acostar.
—¿No quieres? —No quiero.
Cantaba un jilguero,
sabía a romero
y a Luna el cantar.
La Virgen María
probó si podía
del son que venía
la gracia copiar.
María cantaba,
Jesús la escuchaba,
José que aserraba
dejó de aserrar.
La Virgen María
cantaba y reía.
Jesús se dormía
de oirla cantar.
Tan bien se ha dormido
que el día ha venido
e inútil ha sido
gritarle y llamar.
Y entrado ya el día,
como Él aún dormía,
para despertarle
la Virgen María
tuvo que llorar.