Bendita la Reina de Nuestra Montaña

 

Hna. Mercedes Colubi Tovar

 

 

De Nazareth a Ain Karem
subiste la montaña.
Ya iba Dios en tu seno
y a ayudar te impulsaba.

Qué pronto nos mostraste
que, si Dios está dentro,
no hay montaña tan alta
que nos oculte el reto
de visitar a aquél
que desea algo nuestro.

Covadonga, Señora,
Reina de la Montaña:
Bendita aquella hora
en que acunaste a España,
cuidaste de su Fe
tejiéndola en su alma.

Hoy el sol palidece
cuando ilumina al alba
la cueva en la que ofreces
al Hijo que nos salva.

La luz arrodillada,
el aire silencioso,
el peregrino llega
confiado, ardoroso.

Reina de la Montaña,
muéstranos a Jesús,
cuida de nuestra España
“la tierra de María”
que, a veces sin saberlo,
busca en la noche fría,
el Corazón de Dios.

Reina de la memoria agradecida,
Mística Mesa de la Eucaristía:
Eres huella de Dios.
Entona la canción:

“... Tuyos nuestros padres fueron
y hoy sus hijos tuyos son...”