Más pura que el esplendor del Sol 

 

San Efren Siró

 

Oh Virgen soberana, inmaculada Madre de Dios, 
Señora mía gloriosa, mi suma benefactora,
más elevada que el cielo,
mucho más pura que los esplendores del sol,
más elevada en honor y dignidad que los querubines,
y mucho más gloriosa que los ejércitos celestiales,
exaltación, corona y alegría de las vírgenes.
Augusta Virgen, Señora mía, Reina mía,
tómame bajo tus alas, protégeme,
porque, oh purísima, tú eres mi puerto,
mi ayuda y mi apoyo.
Da movimiento a mi lengua y a mis labios,
para que yo te cante himnos con espíritu alegre
y con corazón devoto.
Dame, oh Virgen, una vida pura,
la caridad hacia Dios y hacia el prójimo,
la paciencia, la humildad, el ayuno,
las lágrimas que purifican.
Oh Virgen caritativa, oh dignísima de alabanza,
concédeme exaltarte y llamarte con todo mi corazón.
Salve, cántico de los querubines e himno de los ángeles;
salve, paz y alegría del género humano;
salve, paraíso de delicias; salve, árbol de la vida;
salve, defensa de los fieles, puerto de los náufragos;
salve, salvación de Adán y precio de la redención de Eva; 
salve, fuente de gracias y de inmortalidad;
salve, fuente sellada por el Espíritu Santo;
salve, templo divino; salve, trono de Dios;
salve, oh pura que venciste al dragón;
salve, portadora de la alegría al mundo,
debido a tu maternidad, oh inmaculada Virgen;
salve. Madre de Cristo, Hijo de Dios vivo,
al cual la gloria, el honor, la adoración, el himno,
ahora y siempre y en todas partes, por los siglos de los siglos.
Amén.